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Caracas, El Hatillo, Venezuela
Médico Veterinario de Pequeños Animales desde 1994, con Postgrado de Medicina Interna, en Dermatología Animal, y Especialización en Gerencia de Finanzas, Management of Human Resource y Máster en Gerencia Financiera Mención Negocios. Sígueme en Twitter @123alvarado en todas las redes sociales @DrOttoTv , en radio 105,9fm viernes 7am, en Tv: Vitrina en Televen 9am, Consentidos Estrellas en Televen todos los viernes desde las 4pm; y ahora ya puedes ver mis videos en youtube/DrOttoTv

17 marzo 2015

Como Enfrentar el Duelo por una Mascota



COMO ENFRENTAR EL DUELO POR TU MASCOTA


El duelo tal y como lo conocemos no se trata de una enfermedad ni de un sentimiento, sino de un complejo proceso psicológico de re adaptación de los sentimientos posterior a una pérdida cualquiera sea su origen, pérdida de un trabajo, algo material, un divorcio, o la pérdida de una mascota a la cual nos unía un sentimiento especial; es una reacción fundamentalmente emocional presente en forma de sufrimiento, sin embargo presenta manifestaciones fisiológicas y sociales, donde se pierde interés por el mundo que lo rodea, pérdida y falta de sueño, del apetito, o de ambos, llanto, incapacidad para concentrarse y cansancio, entre las más reportadas.
Este proceso puede variar mucho en la forma y la duración,  depende de varios factores como: manera en la que sucedió la muerte, pues no es lo mismo cuando se conoce de una enfermedad terminal que resulta doloroso pero distinto a cuando es atropellado; también depende de la relación con la mascota, pues no es lo mismo cuando perdemos una mascota que veíamos de manera eventual, a esa mascota que dormía en el mismo cuarto, que paseábamos todos los días, o que representó un momento significativo en nuestras vidas cuando llegó a casa; a su vez resulta muy distinto cuando perdemos una mascota y emocionalmente estamos estables, a cuando la perdemos justo después de perder el trabajo, un divorcio o viviendo el proceso del duelo por otro ser querido.
Basado en el párrafo anterior, algunos reportan que puede vivirse de uno a tres años de duelo, otros comentan que puede ser como la etapa de depresión post parto de solo uno o tres meses, existen casos que pueden ser catalogados como crónicos o patológicos al pasar de cinco años. La verdad es que el duelo no tiene duración normal o anormal, y tampoco tiene que ver con la intensidad del amor que se le tenía a la mascota, cada reacción y duración es algo muy íntimo y personal.
En este contexto, pasemos a conocer los diferentes tipos de duelo, se mencionan:
1-. Duelo Adelantado o Duelo Precoz: es ese duelo que se nos presenta ante la noticia de una enfermedad crónica, como lo son las insuficiencias hepáticas, renales o cardíacas entre las más comunes en mascotas.
2-. Duelo Endémico o Crónico: es ese estado de depresión permanente que se mantiene a lo largo de muchos años, generalmente se habla de más de tres años de depresión permanente.
3-. Duelo Anulado: es ese duelo que no es aceptado, suele presentarse cuando la mascota fallece de manera repentina y no estuvimos junto a ella o estábamos distantes, y suele expresarse “Para mí el no está muerto, el no se ha ido”.
4-. Duelo Confuso o Dudoso: es el que se presenta cuando se nos pierde, se escapa o se roban a la mascota, y se mezclan los sentimientos de aceptación, resignación y esperanzas.

Por otro lado es fundamental conocer que existen etapas en la evolución o desarrollo de los sentimientos de las personas que se van manifestando o no con el pasar de los días o meses, sin embargo todo este proceso del duelo no siempre pasa por las mismas etapas en todas las personas, inclusive algunos describen que se solapan las etapas no se presentan en el mismo orden o no se presenta alguna de ellas claramente, esto dependerá de la educación, vivencias, experiencias, y particularidades en el sentir de cada persona, sin embargo podemos hablar de ciertas etapas o fases del duelo, y estas son:
1.  Fase de Impacto: es definitivamente el momento de recibir la noticia, puede durar de entre pocos segundos a varias horas o tres días, algunas personas pueden reaccionar rápidamente a lo sucedido, pero otras se quedan paralizadas o en shock, en una especie de anestesia tanto corporal como mental.
2.  Fase de Oposición o Negación: luego de recibir la terrible noticia, se pasa a esa etapa de “No me mientas”, “no puede ser”, “pero si yo lo acabo de ver”, “pero si él estaba sanito”, y un sinfín de frases que se relacionan con esta fase donde nos ataca el agobio, la tristeza, inclusive ya se puede sentir ese frío de la soledad.
3.  Fase de Purificación: una vez aceptado el hecho, entramos en esta fase de resignación, de aceptación, de catarsis en la cual internalizamos su ausencia, comprendemos lo sucedido, como popularmente se dice: “caemos en cuenta de”, aceptamos que ya no hay nada que hacer, hay mucho dolor y se debe comenzar a reorganizar nuestro día a día sintiéndose incompleto, con una nueva visión del mundo.
4-. Fase de Vacío: como su nombre lo indica, es iniciar a vivir sin esa mitad, sin ese compañero, sin ese amigo incondicional, es sentirlo al lado de la cama, es oírlo por las noches, es sentir su respiración, su maullido o su ladrido por los pasillos de la casa, pero verse al espejo, mirarse a los ojos y tener que aceptar que ya no está.
5-. Fase Final o Fase de Resolución: esta última etapa se caracteriza por que la persona afectada, dice continuar la vida, decide seguir a delante, toma la determinación de retomar su vida, disfrutar de las cosas bellas que lo rodean, inclusive puede decidir tener una nueva mascota. Es en esta etapa donde se acepta que esa mascota pasó a formar parte del aire, del sol, del viento y que estará en armonía en todas y cada una de las cosas bellas que nos rodean.
Ahora bien, aceptando que el duelo es un proceso complejo, por lo general muy doloroso y que definitivamente debe ser superado, se deben conocer algunas estrategias útiles para lograrlo como:
1-. El afectado debe permitirse normalizar su vida, eso implica tomarse el tiempo necesario para evaluar las cosas valiosas con las cuales cuenta, permitirse crecer, retomar conciencia de su nuevo espacio, y definitivamente debe aceptar su nueva vida sin ese ser querido.
2. Luego es el momento de reconocer la pérdida emocional y mentalmente, para lo que es útil recordar lo sucedido y contarlo para acercarse a ese momento de manera consciente.
3. Pasa entonces a liberar todos estos sentimientos, es donde el llanto, quizá el grito o correr, pasan a ser herramientas básicas de sobre vivencia, recuerden que el que no explota puede implosionar tarde o temprano.
4. Una vez liberados, se puede desarrollar un cambio hacia la adaptabilidad frente a un nuevo momento, con nuevas aptitudes generalmente positivas que nos engrandecen para seguir con las siguientes etapas.
5. Es así como se establecen nuevas relaciones sociales e interpersonales y se obtienen nuevas motivaciones para seguir adelante.
6. Se establecen metas diarias para no descuidar la etapa anterior de motivaciones, para lo que se puede hacer útil escribir estas metas en una especie de diario, bitácora o agenda, de la cual llevaremos el más estricto y fiel cumplimiento, siempre de la manera más armónica posible con nuestro espacio y momento.
7. Finalmente, esta etapa final tan esperada que es cuando se reconoce, identifican  y disfrutan tantos momentos alegres y especiales que aun la vida tiene por entregarnos.
Indiscutiblemente que nosotros pasaremos por este complejo proceso en algún momento de la vida, y es posible que tengamos las herramientas para transitarlo lo menos traumático posible, pero, ¿qué sucede cuando es otra la persona afectada?, tenemos las herramientas, el valor y la fuerza para ayudarlo? pues para ayudar a superar un duelo, existen también estrategias, y algunas de ellas son las siguientes:
1-. Es básico que exista una empatía con el afectado, debe saberse acompañar su silencio, si el habla usted habla, y si caya no hable; es más fácil si se conoce a la persona o existe una relación de amistad previa, pues conocerá sus gustos en comida, bebidas, momento y sitio de descanso, o lugares que visitar justo cuando no hay palabras.
2-. Intente establecer puentes emocionales buscando enlaces con personas o momentos felices del afectado que lo hagan sentir necesario y encuentre un nuevo sentido en su vida, se recomienda hacerlo en lugares de paz.
3-. Converse con el afectado e invítelo a recordar, no a olvidar, escúchelo, pregúntele ¿qué sientes ahora?, ¿pero qué pasó?, ¿cómo pasó?, hágalo expulsar esos sentimientos que intentan no salir y que adentro hacen daño, pero no abuse, sea inteligente y tenga tacto.
4-. Procure fortalecer los lazos emotivos positivos con familiares y amigos, llévelo y acompáñelo a actividades de grupo y rituales  relacionados con el manejo del duelo, misas y reuniones de recordatorios, debe ir acompañado de personas que compartan el mismo sentimiento o que han pasado por la misma situación, es más fácil así despertar la motivación hacia nuevas actividades u ocupaciones, y encontrar poco a poco pequeños momentos de alegría.
5-. Abrácelo, tóquelo, hágase sentir a su lado, sea su apoyo, no hay nada más terrible que el frío a estar solo y nada más cálido que el abrazo de un ser querido en el momento justo.
6-. Por último, organice alguna de las siguientes actividades o rituales para aceptar y mitigar un duelo:
a)                Escribir una carta que luego será incinerada.
b)                Reuniones con amigos para recordar a las mascotas que se fueron, pueden asistir con fotos, videos y franelas alusivas.
c)                Especialmente si son niños, ayudan las actividades artísticas, dibujos, colash o collage, cajas de recuerdos o canciones relacionadas con la mascota que se fue.






Quiero mencionarles que no es prudente tomar decisiones importantes sin que la persona afectada tenga el duelo superado, es decir no le imponga un viaje, una actividad y mucho menos una nueva mascota a los pocos días de la pérdida, especialmente si el afectado no la desea de corazón.

¿Cómo saber si el duelo está sanado?
          El duelo estará sanado cuando se recuerda a la mascota y no hay dolor, cuando se puede retomar la vida cotidiana, en ese momento cuando usted puede jugar con otras mascotas sin sentirse mal, inclusive cuando usted desea tener otra mascota; se sabe superado el duelo cuando no se siente culpa ni rabia, cuando se disfruta nuevamente de un amanecer o un atardecer, cuando se visualiza a esa mascota que se fue convertida en aire, viento, sol, y brisa fresca, cuando se sabe que está y por siempre estará en todo lo que nos rodea acompañándonos como nuestro eterno guardián.

LA ÚNICA PÉRDIDA REAL ES EL OLVIDO. “Carlos Fraga”

Por: Otto Alvarado
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